50 ejemplos de rasgos heredados
Los rasgos heredados se refieren a las características físicas o de comportamiento transferidas de padres a hijos a través de los genes. Se yuxtaponen a los rasgos adquiridos, que desarrollamos a través de factores ambientales, sociales y contextuales.
El proceso de transmisión ocurre durante la reproducción, donde los genes, las unidades básicas de la herencia, ubicadas en el ADN de cada padre se combinan para formar la composición genética de la descendencia (Malmir, Farhud y Khan Ahmadi, 2016).
Estos rasgos incluyen características como la altura, el color de los ojos, el color del cabello y la susceptibilidad a ciertas enfermedades.
La herencia de rasgos es la base de la evolución. Breve y directa, la evolución es un proceso impulsado por la variación genética y la selección natural. Las variaciones son creadas por los genes, y estas variaciones se transmiten entre generaciones.
A través del proceso de selección natural, tienden a prevalecer los rasgos que mejoran la supervivencia y la reproducción (Jantsch, 2019).
Ejemplos de rasgos heredados
- Color de los ojos
- Color de pelo
- Textura del cabello (liso, ondulado, rizado)
- Color de piel
- Con pecas o sin pecas
- Mentón hundido
- Fijación del lóbulo de la oreja (adjunta o colgante)
- Altura
- Tono de voz natural
- pico de viuda
- hoyuelos
- forma de la nariz
- Longitud del dedo
- Longitud del dedo del pie
- Manos (diestras o zurdas)
- Forma del ojo
- Presencia o ausencia de calvicie de patrón masculino
- Tendencia a la obesidad
- Intolerancia a la lactosa
- Habilidad para enrollar la lengua
- Tolerancia a los alimentos picantes.
- Pulgar del autoestopista (recto o doblado hacia atrás)
- Espacio entre los dientes frontales
- Gusto preferencia por sustancias amargas
- Número de dedos de las manos o de los pies (como en el polidactilismo)
- Construcción muscular natural
- Doble articulación
- Longevidad o vida útil
- Tendencia al acné
- Tipo de piel (grasa, seca, mixta)
- Densidad del vello facial en los hombres
- Tamaño de los senos en las mujeres
- Daltonismo
- Presencia o ausencia de lunares
- Olor natural u olor corporal
- Forma de las uñas
- Tolerancia al alcohol
- Tendencia a desarrollar alergias.
- Resistencia o susceptibilidad a ciertas enfermedades.
- Tipo de sangre
- Trastornos oculares como miopía o hipermetropía
- Presencia o ausencia de muelas del juicio
- Tamaño de la manzana de Adán
- Altura del arco del pie (pies planos o arcos altos)
- Tamaño y forma de las orejas.
- Tasa metabólica en reposo
- Capacidad para broncearse o quemarse al sol
- Hoyuelos de las mejillas
- Patrones de sueño (tendencias madrugadoras o nocturnas)
- Propensión a la formación de pecas o pigmentación después de la exposición al sol.
Cómo funcionan los rasgos hereditarios
En humanos, la herencia de rasgos es un proceso complejo (Stansfield, 2011). Por ejemplo, rasgos como el color de la piel son poligénicos (determinados por más de un gen), lo que da lugar a una amplia gama de variaciones dentro de la población.
Además, investigaciones recientes sugieren que el medio ambiente puede causar alteraciones en la expresión génica, un concepto que a menudo se denomina epigenética (Cabej, 2012).
Es esencial entender este matiz. Los rasgos no surgen de la nada. Están controlados por genes que se transmiten de una generación a la siguiente, y estos genes solo pueden provenir de un padre (Berent, 2020).
Un concepto erróneo común acerca de los rasgos heredados es que dependen únicamente de los padres. Aunque los padres influyen en gran medida en los rasgos de su descendencia, la variación también proviene de mutaciones, recombinación sexual y, potencialmente, del entorno externo (Cabej, 2012).
Ejemplo: Considere la herencia del color de los ojos. Los padres portan genes para el color de los ojos. Si ambos padres portan el gen de ojos azules, es probable que su hijo tenga ojos azules (Stansfield, 2011). Sin embargo, si uno de los padres tiene un gen para ojos marrones, que es dominante sobre los ojos azules, es posible que el niño tenga ojos marrones. Además, una mutación inesperada podría introducir una variación de color única que no está presente en los genes originales.
Los seres humanos han logrado avances significativos en la comprensión de la herencia. Ahora, los avances tecnológicos modernos nos permiten profundizar aún más en el nivel molecular. Comprender el flujo de información hereditaria, la teoría de Darwin de hace 150 años, sigue siendo fundamental en la investigación biológica actual (Liu & Chen, 2018).
Actualmente, los investigadores están trabajando para comprender cómo las variaciones a nivel molecular pueden afectar la expresión del fenotipo y causar enfermedades. Al dar forma a nuestra comprensión de la naturaleza humana, estos rasgos heredados proporcionan una narrativa integral de nuestra composición física y psicológica (Berent, 2020).
Perfil: Gregor Mandel (El padre de la genética)
Gregor Mendel, un monje y biólogo austriaco del siglo XIX, impactó profundamente nuestra comprensión de los rasgos heredados. Su trabajo pionero sentó las bases para el campo de la genética. Realizó extensos experimentos con plantas de guisantes (Pisum sativum), observando cómo rasgos como la forma de la semilla, el color de la flor y la altura de la planta pasaban de una generación a la siguiente (Stansfield, 2011).
Las investigaciones científicas de Mendel lo llevaron a proponer tres principios significativos que dan forma fundamental a nuestra comprensión de los rasgos heredados. Estos principios son la ley de segregación, la ley de distribución independiente y el principio de dominación (Malmir, Farhud y Khan Ahmadi, 2016).
- La ley de la segregación establece que cada organismo tiene dos alelos para cada rasgo, y estos alelos se segregan durante la formación de gametos (espermatozoides u óvulos), por lo que cada gameto lleva solo un alelo para cada rasgo. Este mecanismo explica por qué la descendencia tiene rasgos de ambos padres (Stansfield, 2011).
- La ley de la distribución independiente postula que los alelos de diferentes genes se transmiten a la descendencia de forma independiente, lo que lleva a varias combinaciones de rasgos. Por ejemplo, la herencia de un alelo para la forma de la semilla no afecta la herencia de un alelo para el color de la flor.
- El principio de dominación explica por qué un rasgo puede expresarse sobre otro. Mendel observó que se expresaban ciertos rasgos en las plantas híbridas (descendencia de plantas que difieren en uno o más rasgos), mientras que otros no. Descubrió que existen rasgos dominantes y recesivos, sentando las bases para la comprensión de los rasgos heredados dominantes y recesivos (Liu & Chen, 2018).
Teniendo en cuenta los experimentos con plantas de guisantes, Mendel cruzó las plantas con guisantes amarillos (rasgo dominante) y guisantes verdes (rasgo recesivo). Todas las plantas de primera generación tenían guisantes amarillos. Sin embargo, cuando estas plantas de primera generación se reprodujeron, una de cada cuatro plantas de segunda generación tenía guisantes verdes. Este resultado fue totalmente consistente con sus principios de herencia (Stansfield, 2011).
Rasgos heredados dominantes vs recesivos
Dominante y recesivo se refieren a cómo los rasgos, enfermedades o condiciones específicas se transmiten de padres a hijos a través de códigos genéticos.
Cada célula del cuerpo contiene 23 pares de cromosomas, la mitad de la madre y la otra mitad del padre, lo que da como resultado un total de 46 cromosomas. Estos cromosomas portan genes, que son responsables de influir en los rasgos de una persona (Stansfield, 2011).
Rasgos dominantes son aquellas que se expresan cuando al menos una copia del alelo dominante (una versión de un gen) está presente en el genotipo (la composición genética del individuo). En otras palabras, si un individuo hereda un alelo dominante de cualquiera de sus padres, se expresará el rasgo dominante (Malmir, Farhud y Khan Ahmadi, 2016).
Por ejemplo, en el caso del color de ojos, el alelo de ojos marrones es dominante. Esto significa que si una persona tiene un alelo para ojos marrones y otro para ojos azules, la persona tendrá ojos marrones (Stansfield, 2011).
Rasgos recesivos, por otro lado, requieren dos copias del alelo recesivo para poder expresarse. Si un individuo solo tiene una copia del alelo recesivo, el rasgo no será visible, aunque la persona será portadora de ese rasgo y podrá transmitirlo a su descendencia. Por ejemplo, como los ojos azules son un rasgo recesivo, ambos padres deben aportar un gen de ojos azules para que el niño tenga ojos azules (Liu & Chen, 2018).
Otro ejemplo de esta relación de dominancia recesiva se observa en la transmisión genética de ciertas enfermedades. La fibrosis quística, por ejemplo, es un trastorno genético recesivo. Esto significa que un individuo debe heredar dos copias del gen de FQ anormal (una de cada padre) para tener la enfermedad (Stansfield, 2011).
Ejemplo: Si ambos padres son portadores del gen de la fibrosis quística pero no tienen la enfermedad (ya que cada uno tiene una sola copia del gen), hay un 25% probabilidad de que su hijo herede dos copias del gen anormal y, por lo tanto, tenga fibrosis quística. Hay un 50 % de posibilidades de que su hijo sea portador como ellos (hereda un gen anormal y un gen normal), y un 25 % de posibilidades de que el hijo no sea portador ni tenga la enfermedad (hereda dos genes normales).
Aunque la mecánica puede parecer simple, la herencia de rasgos está lejos de ser sencilla. Muchos rasgos están influenciados por múltiples genes, una característica que no se captura en los modelos dominantes-recesivos simples. Además, la investigación está revelando que no podemos predecir por completo cómo se comportan los genes, ya que pueden interactuar con otros genes y el medio ambiente en formas que los científicos aún están descubriendo (Berent, 2020).
Característica | Característica dominante | Trato recesivo |
---|---|---|
Definición | Rasgo que aparece cuando al menos un alelo dominante está presente | Rasgo que aparece solo cuando están presentes dos alelos recesivos |
Representación | Normalmente se denota con una letra mayúscula (p. ej., 'A') | Normalmente se indica con una letra minúscula (p. ej., 'a') |
Expresión del fenotipo | Aparece incluso si solo uno de los padres transmite el alelo | Aparece solo si ambos padres transmiten el alelo |
Ejemplo: color de ojos | Ojos marrones (B) | Ojos azules (b) |
Ejemplo: hacer rodar la lengua | Habilidad para enrollar la lengua (R) | Incapacidad para enrollar la lengua (r) |
Ejemplo: lóbulos de las orejas | Lóbulos libres (E) | Lóbulos adheridos (e) |
Ejemplo: tipo de cabello | Pelo rizado (C) | pelo liso (c) |
Combinación genética | Homocigoto dominante (AA) o Heterocigoto (Aa) | Homocigoto recesivo (aa) |
Herencia | Al menos uno de los padres debe tener el alelo dominante. | Ambos padres deben ser portadores o expresar el rasgo recesivo |
Rasgos heredados vs rasgos adquiridos
Los rasgos heredados y los rasgos adquiridos constituyen dos clasificaciones de rasgos que caracterizan el fenotipo de un organismo.
Rasgos heredados resultan del material genético que se transmite de padres a hijos (Malmir, Farhud y Khan Ahmadi, 2016).
Rasgos adquiridos, por otro lado, no provienen de la contribución genética de los padres. En cambio, se originan durante la vida útil de un organismo como resultado de las influencias ambientales o las experiencias del organismo (Stansfield, 2011). Estos pueden implicar cambios físicos, como que los músculos de una persona se vuelvan más fuertes a través del ejercicio regular, o cambios de comportamiento, como aprender a tocar un instrumento musical.
Tenga en cuenta que si bien los rasgos adquiridos pueden influir en la fisiología o la capacidad de un organismo, fundamentalmente no se transmiten de generación en generación a través de los genes.
Es una línea muy fina que pisamos. Los rasgos heredados están determinados por nuestros genes, que tenemos al nacer. Por el contrario, los rasgos adquiridos están muy influenciados por factores o experiencias ambientales. Por ejemplo, un niño puede heredar una predisposición por el talento musical (un rasgo heredado) de sus padres, pero la capacidad para tocar la Sinfonía n.º 9 de Beethoven en el piano es un rasgo adquirido, resultado de la práctica y la instrucción dedicadas.
Históricamente, ha habido un debate sustancial sobre los rasgos heredados y adquiridos, especialmente sobre si los rasgos adquiridos se pueden heredar. El concepto de que los rasgos adquiridos podrían heredarse fue impulsado por Jean-Baptiste Lamarck a principios del siglo XIX. Sin embargo, esta idea, conocida como lamarckismo, ha sido desacreditada en gran medida por la genética moderna, que afirmaba que el ADN, no la experiencia, determina los rasgos heredados (Stansfield, 2011).
Sin embargo, no es una distinción tan simple como podría parecer inicialmente. En los últimos años, nuestra comprensión de la herencia se ha profundizado y el límite entre los rasgos heredados y adquiridos no es tan firme como se pensaba. El ámbito de la epigenética ha desdibujado la línea, lo que sugiere que las influencias ambientales pueden, de hecho, alterar la expresión génica y potencialmente transmitirse a las generaciones futuras (Cabej, 2012).
Esta idea no indica que el lamarckismo sea correcto, sino que simplemente demuestra que nuestra comprensión de la herencia y los rasgos adquiridos continúa evolucionando.
Característica | Rasgos adquiridos | Rasgos heredados |
---|---|---|
Definición | Rasgos desarrollados durante la vida de un individuo debido a factores ambientales, experiencias o conductas aprendidas. | Rasgos transmitidos de una generación a la siguiente a través de los genes. |
Origen | Resultan de las experiencias y el entorno de un individuo. | Resultado de la información genética transmitida por los padres. |
Ejemplos | Aprender un idioma, adquirir una habilidad como tocar un instrumento u obtener una cicatriz de una lesión (ver: ejemplos de rasgos adquiridos). | Color de ojos, textura del cabello, ciertas enfermedades genéticas, altura (aunque el entorno también puede influir). |
Transmisión a la descendencia | No se transmite a la descendencia a través de los genes. | Se transmite a la descendencia a través de los genes. |
Duración | Puede cambiar a lo largo de la vida de un individuo. | Por lo general, permanecen constantes durante la vida de un individuo, aunque algunos solo pueden manifestarse a ciertas edades. |
Impacto del Medio Ambiente | Directamente influenciado por el entorno, las experiencias y el aprendizaje. | En gran parte no se ve afectado por las experiencias individuales, pero la expresión a veces puede verse influenciada por el entorno (por ejemplo, la nutrición que afecta la altura). |
Conclusión
Los matices de los rasgos heredados y sus clasificaciones como dominantes o recesivos sustentan nuestra comprensión de cómo nosotros, y todos los organismos vivos, evolucionamos y exhibimos los rasgos físicos y de comportamiento que tenemos. Este conocimiento, basado en el trabajo pionero de Gregor Mendel y elaborado a través de la genética moderna y el intrigante campo de la epigenética, continúa evolucionando. Si bien nuestra comprensión de la mecánica de la herencia se vuelve más profunda y compleja, los hechos esenciales siguen siendo los mismos: nuestros rasgos son un producto directo de nuestros genes, moldeados sutilmente por nuestras experiencias y el mundo que nos rodea. Nuestra exploración continua en la ciencia de la herencia promete no solo una mayor comprensión de uno mismo, sino que también ofrece perspectivas de avances emocionantes en medicina, antropología y varios otros campos.
Referencias
Berent, I. (2020). El narrador ciego: cómo razonamos sobre la naturaleza humana. Prensa de la Universidad de Oxford.
Cabej, N. (2012). Principios epigenéticos de la evolución.. Londres: Elsevier.
Jantsch, E. (2019). Principios unificadores de la evolución. En La visión evolutiva (págs. 83-115). Routledge.
Liu, Y. y Chen, Q. (2018). 150 años de la teoría de Darwin del flujo intercelular de información hereditaria. Nature Reviews Biología celular molecular, 19(12), 749-750.
Malmir, M., Farhud, D. y Khan Ahmadi, M. (2016). . Herencia de rasgos adquiridos: expresión de genes de felicidad y violencia. Laboratorio y Diagnóstico, 7(30), 27-34.
Stansfield, WD (2011). Rasgos adquiridos revisados. El profesor de biología americano, 73(2), 86-89.
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