Teoría del contagio social: definición y ejemplos

La teoría del contagio social postula que las personas tienen tendencia a imitar a los demás. Ya sea que esto implique observar las acciones de otra persona directamente o en una plataforma de medios, las personas tienen una inclinación natural a imitar lo que ven.

Los comportamientos, las emociones y las actitudes expresadas pueden propagarse espontáneamente en un grupo de personas no relacionadas o en una red social formada por personas cercanas.

La propagación no tiene que ser intencional o el resultado de una intención consciente.

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    Definición de la teoría del contagio social

    El concepto de contagio social ha sido objeto de investigación en el área de la influencia social durante décadas (Levy & Nail, 1993).

    Desafortunadamente, como afirman Levy y Nail:

    “existe una penosa falta de consenso con respecto al uso de algunos de sus conceptos más fundamentales, clave y centrales. Las definiciones han sido vagas, inconsistentes y muchas veces contradictorias” (p. 236).

    Proporcionan no menos de 11 definiciones distintas propuestas por varios investigadores a lo largo de los años.

    Afortunadamente, cerca del final de su revisión de la literatura, ofrecen una definición reconceptualizada:

    “En su sentido más amplio, el contagio social se define como la propagación del afecto, la actitud o el comportamiento de la Persona A (el “iniciador”) a la Persona B (el “receptor”), donde el receptor no percibe un intento de influencia intencional sobre la parte del iniciador” (p. 275).

    Contagio social vs. conformismo

    Hay dos diferencias principales entre el contagio social y la conformidad.

    Primero, con conformidad, el destinatario está bajo presión de otros para realizar un acto específico. El conflicto es inducido externamente. Sin embargo, en el contagio social, el conflicto puede estar ya presente en el receptor. El conflicto proviene de una fuente interna.

    En segundo lugar, la presión para conformarse a menudo se expresa abiertamente, aunque hay excepciones. La presión es fácil de ver en las acciones de los demás. Sin embargo, en varias formas de contagio social, la tendencia a realizar el comportamiento se produce de forma involuntaria o inconsciente, o ambas cosas.

    Tipos de Contagio Social

    Son varios los tipos de contagio social que se han propuesto y estudiado.

    1. Eco contagio

    Este tipo de contagio social ocurre cuando el receptor imita espontáneamente el afecto o comportamiento del iniciador. La imitación es relativamente exacta, pero también relativamente involuntaria e inconsciente. De ahí el término “eco”.

    Ejemplos de contagio de eco incluyen: bostezos, hipo, risa y tos, entre otros.

    Provine (2012) sometió a los participantes a un video de cinco minutos que mostraba a alguien bostezando 30 veces.

    Los resultados revelaron que "los observadores tenían más del doble de probabilidades de bostezar mientras observaban los bostezos (55 por ciento) que de bostezar mientras miraban una serie comparable de sonrisas (21 por ciento), la condición de control" (p. 14).

    Pennebaker (2012) ha proporcionado réplicas conceptuales de comportamientos similares.

    2. Contagio histérico

    Esto se refiere a la propagación de síntomas físicos sin un patógeno causal. El comportamiento imitado es relativamente exacto, involuntario y opera inconscientemente.

    Un elemento distintivo clave del contagio histérico es que generalmente involucra un acto indeseable.

    El término “histérica” se elige por su similitud con el concepto de histeria de conversión de Freud (Breuer & Freud, 1895; 2004) y la descripción de neurosis histérica en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (edición de 1987).

    Varios investigadores han estudiado constructos conceptualmente similares, pero han utilizado terminología diferente, como: imitación histérica (English & English, 1958), histeria colectiva (Corsini, 1984) e histeria colectiva (Goldenson & Glanze, 1984).

    Todos se refieren a una condición que refleja una patología: comportamiento emocional anormal, creencias o síntomas físicos que ocurren en un grupo.

    Para más información sobre este tipo de contagio, consulte nuestro artículo sobre el pánico moral.

    3. Contagio desinhibidor

    Este tipo de contagio social implica que el receptor experimente desinhibición para participar en un comportamiento. El comportamiento del receptor no es una imitación exacta del comportamiento del iniciador, pero cae dentro de la misma clase de comportamiento.

    A diferencia de los dos tipos anteriores de contagio social, el contagio desinhibitorio opera en un nivel relativamente más alto de procesamiento cognitivo. Por lo tanto, está dentro del conocimiento consciente.

    Según Levy y Nail (1993), el contagio desinhibitorio se aplica a situaciones en las que existe una dinámica de acercamiento-evitación. El comportamiento se activa cuando los factores restrictivos se debilitan mientras que los factores de acercamiento se fortalecen.

    4. Contagio de emociones

    Esto se refiere a la propagación de las emociones entre los individuos. Puede definirse formalmente como la “tendencia a imitar y sincronizar automáticamente expresiones faciales, vocalizaciones, posturas y movimientos con los de otra persona y, en consecuencia, a converger emocionalmente” (Hatfield et al., 1994, p.5).

    La propagación de la emoción del iniciador al receptor generalmente se considera automática y ocurre inconscientemente a través de mecanismos involucrados en la mímica de las expresiones faciales.

    Ejemplos de contagio social

    • Huyendo de la escena en caso de emergencia: Si en una gran multitud donde una persona comienza a correr y agitar los brazos como si estuviera en pánico, otros en la multitud inmediatamente harán exactamente lo mismo. Correrán en la misma dirección y exhibirán la misma sensación de miedo. Este es un reflejo altamente adaptativo en la mayoría de los mamíferos.
    • bostezando: Cuando una persona bosteza, hay una probabilidad muy alta de que los que están alrededor también bostecen.
    • Pensamiento grupal: A veces, cuando las personas están en un grupo, tienden a conformarse con cierta perspectiva o actitud. Cualquier movimiento que se aleje de la postura comúnmente aceptada es castigado para que el grupo mantenga una apariencia externa de armonía y cohesión.
    • Náuseas: Cuando una persona ingiere una sustancia que luego es expulsada de manera espectacular y enérgica, puede crear la misma reacción en los demás. Este es un caso altamente adaptativo de contagio social que ha ayudado a la especie humana a sobrevivir consumiendo diversas toxinas naturales o sustancias venenosas.
    • Presión de grupo: Aunque tal vez no se ajuste estrictamente a la definición científica de contagio social, la presión de los compañeros implica que las personas actúen de acuerdo con una expectativa conocida de comportamiento. Puede hacer que las personas se involucren en comportamientos en los que son moralmente opuestos o que podrían causar daño a ellos mismos oa otros.
    • Cultura del lugar de trabajo: Toda organización tiene una cultura. Algunas organizaciones intentan deliberadamente inculcar una cultura de competitividad despiadada, mientras que otras intentan crear una atmósfera propicia para la colaboración y el trabajo en equipo. La cultura crea comportamientos comunes que se sustentan en parte a través de procesos de contagio social.
    • Participación en el aula: La mayoría de los maestros le dirán que puede ser difícil lograr que una discusión en clase despegue, especialmente con adolescentes. Sin embargo, después de que el primer estudiante levante la mano para dar su opinión, la pelota puede empezar a rodar y se puede producir una discusión emocionante y significativa.
    • En un programa de comedia: A veces, los chistes de un comediante son difíciles de interpretar. Pueden cruzar la línea entre ser inteligentes e ingeniosos o simplemente groseros y cáusticos. Por lo tanto, es importante establecer el tono y hacer que la audiencia tenga el estado de ánimo adecuado lo antes posible. Establecer ese tono es capitalizar el contagio social.
    • Tendencias de la moda: Si una celebridad comienza a usar algo único que realmente llama la atención del público, puede crear una tendencia de moda que se extienda a través de un grupo demográfico específico como un reguero de pólvora.
    • Pánico social: Cuando los cómics se hicieron populares por primera vez en la década de 1950, hubo un pánico generalizado en toda la sociedad. Muchos políticos, educadores y padres creían que los “libros” cortos eran una mala influencia para los niños. Aunque no usaron explícitamente el término contagio social, eso es exactamente a lo que se referían.
    • Desindividuación: Esto ocurre cuando una persona es miembro de un grupo o multitud y comienza a socavar su propia moralidad por la sensación de que son anónimos dentro de la multitud. Ocurre en disturbios, por ejemplo, cuando personas que respetan la ley comienzan a asaltar tiendas.

    Aplicaciones de la teoría del contagio social

    1. En Educación

    Burgess et al. (2018) brindan una revisión de la literatura sobre cómo opera la teoría del contagio social en un contexto escolar.

    Como explican los autores, la teoría no se ha aplicado de manera extensiva, pero existe una investigación sustancial que “puede considerarse como diferentes manifestaciones bajo el paraguas de contagio social” (p. 165).

    A continuación se presentan varias aplicaciones de la teoría del contagio social en el contexto educativo.

    a) Influencia de los compañeros

    La influencia de los compañeros se refiere a cómo otros con los que un individuo está asociado afectan sus actitudes y comportamientos (Moody, 2001).

    La mayor parte de esta investigación se ha centrado en las influencias negativas como fumar, beber y el uso de sustancias (ver Brechwald & Prinstein, 2011).

    Por ejemplo, Cohen y Prinstein (2006) encontraron que los compañeros de alto estatus tenían un efecto pronunciado en la conformidad con el comportamiento de riesgo. Además, los participantes con alta ansiedad social se vieron influenciados independientemente del estado de sus compañeros.

    Otros estudios han encontrado que los compañeros pueden influir en las puntuaciones verbales del SAT (Zimmerman, 2003) y que la aceptación de los compañeros y la pertenencia a un grupo predijeron las BPA entre algunos estudiantes universitarios (Wentzel y Caldwell, 1997).

    b) Contagio Docente

    Las acciones de un maestro pueden tener un efecto poderoso en los estudiantes. El famoso “Dr. Fox Effect” (Naftulin et al., 1973) muestra cómo la expresividad de un profesor puede impresionar a los estudiantes, independientemente de su estatus o conocimiento del tema (Peer & Babad, 2014).

    Houser y Waldbuesser (2017) demostraron que los docentes más expresivos inducían a los estudiantes a ser más expresivos, mientras que Mottet y Beebe (2000) encontraron que las respuestas emocionales de docentes y estudiantes covarían. Frenzel et al., (2009) encontraron que el disfrute del maestro influyó en el disfrute de los estudiantes a lo largo del tiempo.

    En un estudio sorprendente sobre el contagio del estrés (Huang et al., 2016; Wethington, 2000), Oberle y Schonert-Reichl (2016) encontraron una relación entre el agotamiento de los docentes y los niveles de cortisol de los estudiantes.

    De manera similar, Westman y Etzion (1999) encontraron que la tensión entre los directores de escuela y los maestros se extiende a todo el personal.

    Burgess et al. (2018) concluyen que estos estudios aportan evidencia de cómo el contagio emocional, como forma de contagio social, juega un papel importante en los escenarios educativos.

    2. En Organizaciones

    La teoría del contagio social también se ha aplicado al comportamiento de los empleados en las organizaciones.

    Por ejemplo, Ferguson (2006) conceptualiza el mal comportamiento de los empleados como resultado del contagio social, Porter y Rigby (2009) explican la alta rotación como una función del contagio social, mientras que Tong et al. (2002) encuentran que un incidente operativo menor (MOI) reciente aumenta la probabilidad de un accidente posterior (explicado dentro de un marco de contagio social).

    normando et al. (2005) sugieren que los líderes que inspiran esperanza pueden producir un efecto de contagio en los empleados. Snaebjornsson y Vaiciukynaite, (2016) abogan por un enfoque "centrado en los seguidores" más matizado para el estudio del liderazgo que incorpore el contagio emocional.

    Si et al. (2005) encontraron que el estado de ánimo de un líder puede afectar el desempeño del grupo. Explican tales resultados en términos de contagio del estado de ánimo. Otros estudios han demostrado la difusión del afecto en las organizaciones (Barsade, 2002) y los deportes profesionales (Totterdell, 2000).

    3. En las redes sociales

    Alshaabi et al. (2021) señalan que las dinámicas de contagio social se han estudiado ampliamente en las redes sociales al examinar los mensajes publicados y re-publicados.

    Por ejemplo, Bond et al. (2012) estudiaron el contagio social y la movilización política, mientras que Kramer et al. (2014) centrado en el contagio emocional.

    El contagio social en forma de difusión de rumores (Kaligotla et al., 2105; Zubiaga et al., 2016) y desinformación (Del Vicario et al., 2016) y cómo afecta la polarización política (Spohr, 2017; Törnberg, 2018) ha recibido una atención más reciente.

    Hodas y Lerman (2014) comparan las redes sociales con un patógeno que se propaga a través de las redes sociales para infectar a todos a su paso.

    Sin embargo, su investigación demuestra que mientras que en el contagio patógeno, en el que cuanto más grande es la red social, más grave es la propagación, este no es el caso del contagio social en las redes sociales.

    En cambio, es menos probable que las personas altamente conectadas perpetúen la infección. Esto se debe principalmente a que las personas con grandes redes no se dan cuenta de la información debido a limitaciones de tiempo o cognitivas (Hodas & Lerman, 2012; Weng et al., 2012).

    Conclusión

    La teoría del contagio social establece que los comportamientos, las emociones y las actitudes pueden propagarse entre los individuos.

    Aunque existen varios tipos de contagio social, la mayoría de ellos operan fuera de la conciencia y pueden ser involuntarios.

    La investigación sobre la teoría del contagio social en la educación ha incluido el examen de cómo los maestros pueden influir en el estado de ánimo y los niveles de estrés de los estudiantes.

    Los pares también pueden afectarse entre sí a través de un proceso de contagio social que es distinto de la conformidad, lo que influye en el comportamiento de riesgo y el rendimiento académico.

    El contagio social también puede afectar la forma en que los líderes influyen en los empleados a través del contagio emocional, la rotación dentro de una organización, la probabilidad de accidentes y los equipos deportivos profesionales.

    El estudio de la dinámica del contagio social se ha estudiado ampliamente en el contexto de las redes sociales, examinando la difusión de información errónea y rumores, pero también descubriendo las limitaciones del contagio basadas en las limitaciones cognitivas de los usuarios.

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