10 ejemplos de competencia cultural
Ser culturalmente competente significa tener el conjunto de habilidades necesario para comunicarse con personas de diversos orígenes culturales de manera efectiva.
Implica combinar conocimientos, actitudes y habilidades para que pueda apreciar las actitudes, normas, expectativas y necesidades culturales. Esto le permitirá operar de manera competente dentro de comunidades multiétnicas.
Un ejemplo de competencia cultural es un médico que ha recibido capacitación para trabajar con pacientes de diversos orígenes culturales.
Este médico no solo tendría una comprensión profunda de los problemas médicos exclusivos de la cultura de sus pacientes, sino que también podría comunicarse de manera efectiva, escuchar activamente y demostrar sensibilidad hacia las creencias y valores de sus pacientes.
En total, un profesional culturalmente competente puede cerrar las brechas culturales y reducir los malentendidos entre culturas siendo consciente y sensible a las diferencias culturales.
Definición de competencia cultural
Competencia cultural se refiere a la capacidad de entender y respeta la creencias, aduanas, normas y valores de las personas de varios fondos (Balcázar et al., 2009).
Esto permite a las personas respetar y apreciar la diversidad de experiencias humanas y trabajar para crear entornos inclusivos que respalden las necesidades de poblaciones diversas.
Según Curtis y colegas (2019),
“La competencia cultural es un conjunto de comportamientos, actitudes y políticas congruentes que se unen en un sistema, agencia o entre profesionales y permiten que ese sistema, agencia o esos profesionales trabajen de manera efectiva en situaciones interculturales” (p. 3) .
Podemos dividir la competencia cultural en tres componentes: cognitiva, afectiva y conductual. Se describen a continuación:
- El componente cognitivo de competencia cultural implica desarrollar conocimientos sobre las visiones del mundo, los sistemas de creencias, la historia, las tradiciones, las prácticas y el lenguaje de las diferentes culturas (Levy, 2019). Esto incluye comprender cómo la cultura influye en el comportamiento, las actitudes hacia los servicios de atención médica, la educación, el trabajo, la política, las percepciones del tiempo y el espacio, las comunicaciones o las relaciones, etc.
- El componente afectivo implica desarrollar empatía por personas de diferentes culturas al reconocer y respetar sus perspectivas sin imponer nuestras propias creencias (Frawley et al., 2020). Esto incluye tener una mente abierta hacia la diversidad para aprender más sobre las perspectivas de los demás no solo a un nivel superficial sino también a un nivel más profundo.
- El componente conductual implica adaptar el estilo de comunicación de uno en función del contexto específico de interacción, mostrar interés en lo que otros tienen que decir, ser consciente de las dinámicas de poder entre diferentes grupos, etc. (Frawley et al., 2020). Esto incluye respetar los límites dentro de los cuales las personas se sienten cómodas expresándose fácilmente.
Ejemplos de competencia cultural
- Entender los diferentes estilos de comunicación.: La competencia cultural implica reconocer y apreciar las diferencias en los estilos de comunicación entre culturas. Por ejemplo, la comunicación directa es muy valorada en culturas de bajo contexto (es decir, Occidente), mientras que la comunicación indirecta es preferida en culturas de alto contexto (es decir, la mayoría de las culturas asiáticas).
- Abrazando la diversidad: Una persona culturalmente competente respetará y celebrará la diversidad y apreciará la riqueza de los diferentes orígenes y experiencias. En lugar de ver la diversidad como un problema, la verán como una fortaleza, lo que les ayudará a evitar los estereotipos o las generalizaciones sobre otras culturas.
- Mostrar respeto por otros sistemas de creencias.: La competencia cultural significa respetar las creencias religiosas y las prácticas espirituales de los demás, incluso si difieren de las propias. Esto requiere respeto por el pluralismo y la madurez para ver las diferencias de opinión pasadas.
- Aprendiendo sobre otros idiomas: Para ser culturalmente competente, una persona puede aprender sobre otros idiomas, incluidos sus estilos de comunicación y estilos de expresión. El simple hecho de demostrar interés en el idioma de otra persona puede ayudar a salvar las divisiones y demostrar respeto mutuo.
- Identificar sesgos inconscientes: Los sesgos inconscientes, por definición, están fuera de nuestra conciencia. Pero podemos trabajar en identificarlos a través de la autorreflexión. Al buscar constantemente estos sesgos, podemos disminuir nuestros prejuicios y prácticas discriminatorias.
- Fomentar las relaciones interculturales: Las personas culturalmente competentes buscan relaciones con personas de diversos orígenes para desarrollar la comprensión y la empatía por las diferentes culturas. Esto puede ampliar los horizontes y brindarle las habilidades culturales para participar más allá de las diferencias culturales.
- Apreciar diferentes hábitos alimenticios.: Por ejemplo, la cultura afecta significativamente las preferencias alimentarias, por lo que comprender los requisitos dietéticos de una persona en función de su origen cultural puede ayudar a proporcionar opciones de alimentos relevantes al organizar eventos o comidas juntos, o al elaborar un plan de comidas para un paciente en el hospital.
- Comprender las normas sociales de diferentes culturas.: Estos podrían incluir comprender y respetar los códigos de vestimenta, ideas relacionadas con la gestión del tiempo, los roles de género o los límites del espacio personal. Si bien no tenemos que adoptar las normas de otras culturas, conocerlas puede ayudarnos a relacionarnos de manera más respetuosa con personas de diversos orígenes culturales.
- humildemente escuchando perspectivas diferentes: Ser culturalmente competente requiere que tengamos la mente abierta para aprender sobre perspectivas y prácticas alternativas. Una vez que los conocemos, podemos aprender humildemente de ellos para poder brindar un mejor servicio a nuestra diversa clientela.
- Servicios reestructurados basados en la cultura: Ofrecer servicios que atienden específicamente a un grupo de población en particular es un gran ejemplo de practicar la competencia cultural, particularmente en sociedades diversas donde los miembros requieren productos y servicios personalizados para satisfacer sus necesidades únicas.
Componentes de la competencia cultural
La competencia cultural consta de cuatro componentes: ser consciente de la propia cosmovisión cultural, tener una actitud positiva hacia las diferencias culturales, poseer conocimientos sobre diversas prácticas culturales y cosmovisiones y tener habilidades interculturales.
Echemos un vistazo más de cerca:
1. Conciencia de la cosmovisión cultural propia
Este es el primer componente de la competencia cultural e implica que las personas sean conscientes y reflexionen sobre sus valores, creencias y prejuicios culturales (Balcazar et al., 2009).
Además, requiere comprender cómo su crianza, experiencias y socialización han impactado sus perspectivas.
La conciencia de la cosmovisión cultural de uno permite a las personas reconocer que otras culturas pueden tener valores y creencias diferentes, creando así una oportunidad para una mayor comprensión y empatía hacia los demás.
2. Actitud hacia las diferencias culturales
El segundo componente implica ser consciente de que numerosas culturas diversas tienen diferentes creencias, normas sociales y prácticas (Balcazar et al., 2009).
La competencia cultural fomenta actitudes que reconocen el valor de estas diferencias como oportunidades para aprender unos de otros.
Una actitud positiva hacia la diversidad permite que las personas culturalmente competentes adopten diferentes costumbres respetando los estilos de vida y las tradiciones de los demás.
3. Conocimiento de diferentes prácticas culturales y cosmovisiones
El tercer componente consiste en adquirir conocimientos sobre los hábitos, tradiciones y formas de vida de varias culturas mediante la realización de investigaciones o la interacción cercana con personas de esos orígenes (Balcazar et al., 2009).
Esto incluye aprender sobre aspectos clave como el idioma, la religión, las costumbres y los valores que difieren entre las distintas comunidades.
Equipados con este conocimiento, las personas poseen una visión más amplia que les ayuda a comunicarse de manera más efectiva entre diversos grupos.
4. Habilidades interculturales
El cuarto componente consiste en aplicar las tres facetas para interactuar de manera efectiva entre culturas, en el trabajo o en las interacciones diarias, fomentando una mayor comprensión.
Esto significa poseer habilidades de comunicación intercultural que permitan una comunicación clara y efectiva cuando se trabaja con colegas de todo el mundo o cuando se viaja por placer o por negocios (Balcazar et al., 2009).
Las personas culturalmente competentes poseen la capacidad de interpretar las señales del lenguaje corporal, el tono y la empatía a través de la escucha activa.
Estas habilidades les brindan una valiosa ventaja en diversos entornos, lo que los distingue y los convierte en candidatos deseables para las oportunidades laborales que requieren estos habilidades.
Importancia de la competencia cultural
Competencia cultural es cada vez más importante ya que nuestras sociedades son cada vez más multiculturales y multiétnicas. It es integral a garantizar que logremos resultados positivos en los lugares de trabajo y que estemos al servicio de los miembros de nuestras comunidades (Puckett, 2020).
Aquí hay algunas razones por las que la competencia cultural es esencial:
- Mejora nuestro comunicación: Las personas culturalmente competentes pueden comunicarse de manera más efectiva a través de las diferencias culturales porque tienen las habilidades necesarias (saber escuchar y aprender de las comunidades culturales) pero también el conocimiento de la diversidad cultural de sus vastas experiencias culturales. Como resultado, pueden facilitar una comunicación abierta que conduce a mejores resultados.
- Aumenta la conciencia de la diversidad.: La competencia cultural facilita la mentalidad abierta hacia las tradiciones y estilos de vida de los demás, lo que permite que personas de diferentes culturas y etnias intercambien ideas sobre sus grupos culturales y compartan ideas, ayudando a encontrar áreas de superposición donde puede ocurrir la colaboración.
- Reduce los conflictos: Los malentendidos entre personas de diferentes culturas y orígenes son bastante comunes. Tales malentendidos pueden desencadenar conflictos. Las personas culturalmente competentes evitan faltar al respeto a las creencias de los demás sin darse cuenta. Esto no significa que tengas que abrazar los valores de los demás como propios, sino acercarte a las personas sin juzgarlas con el deseo de estar al servicio de ellas en lugar de tratar de cambiarlas.
- Fomenta la inclusión y la diversidad: Crear un ambiente de trabajo que fomente la inclusión y la diversidad puede significar que hay más voces en la mesa de toma de decisiones que pueden garantizar que los productos y servicios sirvan mejor a comunidades diversas. Aprovechar puntos de vista variados, conjuntos de habilidades, experiencias y conocimientos conduce a mejores resultados.
- Mejora las relaciones: Las personas culturalmente competentes son más capaces de conectarse con personas de diversos orígenes. Como resultado, están creando conexiones positivas que conducen a relaciones personales o comerciales duraderas basadas en la confianza mutua.
- Educa a las generaciones futuras: A medida que la sociedad diversifica su demografía, los estudiantes de la próxima generación necesitarán entornos de aprendizaje creados en torno a la competencia cultural en todas las áreas que promuevan la aceptación, la tolerancia y el respeto, ampliando la conciencia integral del valor de abrazar diferentes culturas.
Consejos para mejorar la competencia cultural
Mejorar la competencia cultural requiere un esfuerzo consciente. Esto significa que es un proceso continuo que conducirá a un aprendizaje continuo a lo largo del tiempo. requiere una constante mente abierta al interactuar con personas de diversos orígenes con la esperanza de aprender de ellos constantemente.
Algunas formas en las que puede mejorar su competencia cultural como profesional incluyen:
- Aceptar las diferencias culturales: Podemos empezar por aceptar que vivimos en una sociedad diversa y que la diferencia cultural es aceptable dentro de esa sociedad.
- Respetando las culturas: También podemos trabajar en demostrar respeto por otras culturas, reconociendo que hay mucho que aprender de personas de todos los orígenes culturales, cada cultura tiene una rica historia y tradición construida a partir del conocimiento transmitido de generación en generación.
- Mente abierta: Ser de mente abierta facilita una mejor comunicación con personas de diversos orígenes, aumentando la competencia cultural y la empatía.
- Curiosidad: Una persona que siente curiosidad por otras culturas en lugar de cerrarse a ellas aprenderá mucho. En lugar de oponernos a las prácticas de otra cultura, o expresar puntos de vista etnocéntricos, podemos comentar sobre lo interesante que es. Esto no significa que tengamos que asumir sus valores, pero siendo curiosos sobre ellos, podemos aprender de ellos y sobre ellos.
- Escucha activa: La escucha activa se refiere a la práctica de estar atento a lo que alguien dice, y puede incluir el uso de expresiones faciales (como asentir y fruncir el ceño) para demostrar comprensión o hacer preguntas de seguimiento para obtener más aclaraciones. Esto puede ayudarnos a comprender mejor las opiniones de personas de diferentes orígenes.
- Aprendiendo diferentes idiomas: El idioma es vital para comprender mejor otras culturas además del inglés, que actúa como lengua franca global para los negocios. Por lo tanto, aprender varios idiomas extranjeros puede ayudar significativamente a dominar la comunicación intercultural, lo que resulta en una mejor empleabilidad y permite a las personas establecer contactos globales exitosos con el tiempo.
- Asistir a eventos culturales y festivales.: Estos eventos reúnen a personas cuyos estilos de vida y tradiciones pueden diferir de los propios, creando una plataforma para el diálogo y la oportunidad de experimentar diversas costumbres. Participar en tales actividades ayuda al desarrollo personal y nutre las perspectivas progresistas, fomentando la unidad entre los diferentes grupos. Además, facilita el crecimiento tanto personal como profesional a la vez.
Conclusión
La competencia cultural es una habilidad crucial en el mundo diverso y acelerado de hoy.
A medida que las comunidades se vuelven cada vez más multiculturales, la capacidad de interactuar de manera efectiva con diversas culturas es esencial para construir relaciones y tener éxito personal y profesional.
Las personas culturalmente competentes poseen muchas habilidades, incluida la escucha activa, la mentalidad abierta, la empatía, el dominio del idioma y la conciencia de la comunicación no verbal.
Estas habilidades permiten que las personas celebren la diversidad mientras evitan los prejuicios o estereotipos no intencionales, lo que lleva a apreciar las similitudes de las personas a pesar de los diferentes orígenes.
Mejorar la competencia cultural requiere participar activamente en oportunidades de interacción intercultural mientras se mantiene la curiosidad por las diferencias y se permanece abierto a perspectivas alternativas alineadas con el respeto, la comprensión y la aceptación.
Cultivar la competencia cultural es un proceso continuo que requiere esfuerzo consciente y dedicación por parte de las personas que buscan el crecimiento personal como parte de ser ciudadanos globales marcados por la inclusión.
Referencias
Balcazar, FE, Suarez-Balcazar, Y., & Taylor-Ritzler, T. (2009). Competencia cultural: Desarrollo de un marco conceptual. Discapacidad y Rehabilitación, 31(14), 1153–1160. https://doi.org/10.1080/09638280902773752
Curtis, E., Jones, R., Tipene-Leach, D., Walker, C., Loring, B., Paine, S.-J. y Reid, P. (2019). Por qué se requiere seguridad cultural en lugar de competencia cultural para lograr la equidad en salud: una revisión de la literatura y una definición recomendada. Revista Internacional para la Equidad en Salud, 18(1), 1–17. https://doi.org/10.1186/s12939-019-1082-3
Frawley, J., Nguyen, T. y Sarian, E. (2020). Transformando vidas y sistemas: la competencia cultural y la interfaz de la educación superior. Saltador.
Levy, BS (2019). La injusticia social y la salud pública. Prensa de la Universidad de Oxford.
Puckett, T. (2020). La importancia de desarrollar la competencia cultural. Innovaciones en la enseñanza y el aprendizaje de la educación superior, 7–22. https://doi.org/10.1108/s2055-364120200000028004
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