31 ejemplos de instintos (en humanos y animales)
El instinto es un comportamiento innato que no se aprende. Todos los animales (incluidos los humanos) tenemos instintos innatos que hemos desarrollado durante nuestra evolución.
El comportamiento instintivo a menudo parece ser complejo, pero en realidad es solo un simple mecanismo conductual de estímulo-respuesta.
Por ejemplo, considere la forma en que una madre pájaro cuida a sus polluelos. La vista y el sonido de un pollito pidiendo comida desencadena la respuesta de alimentación instintiva en la madre pájaro. La mamá pájaro no necesita aprender o pensar en lo que está haciendo; ella, naturalmente, tiene la inclinación a responder a las señales de su polluelo.
Muchos instintos, por supuesto, tienen que ver con la huida o la lucha. Es decir, el instinto está integrado en nosotros porque nos ayuda a protegernos (y a nuestros seres queridos) del peligro.
Ejemplos de instinto animal
1. Un perro que protege a su dueño. A veces, un perro que es encantador y afectuoso con su dueño puede volverse malo si se le acerca alguien que no conoce.
Cuando el perro gruñe a la gente, el dueño les dice a todos que no se preocupen, su perro es muy amable y gentil. Lo que el dueño no está aceptando es que los perros tienen un fuerte instinto evolutivo para proteger a su tribu que puede salir a la luz y hacer que sea bastante peligroso en algunas circunstancias.
2. El conocimiento de una serpiente sobre cómo cazar – Las serpientes no son criadas por sus madres y padres. De hecho, en muchas razas, una vez que la madre ha puesto sus huevos, se larga y ni siquiera ve a su descendencia. Las serpientes bebé sobreviven porque tienen instintos preinstalados en su ADN antes de nacer.
3. Un perro ladrando a los fuegos artificiales – Un perro que ladra a los fuegos artificiales está ejerciendo su instinto de lucha o huida. El ruido se percibe como una amenaza, por lo que el perro ladra como una forma de comunicar a su tribu (¡eres tú, el dueño!) que hay una amenaza cerca.
4. Un perro persiguiendo a un pájaro – A pesar de estar domesticado y no tener necesidad de cazar, los instintos animales de los perros se activan cuando ven pájaros, que ven como una gran comida.
5. Un perro temblando después de mojarse - Cuando un perro sale del océano, casi posee para sacudir su agua maloliente sobre todos. Es una acción instintiva que rara vez pueden contener.
6. Una tortuga marina que se dirige al océano después de salir del cascarón: Las tortugas marinas bebés tienen un conocimiento innato para caminar hacia el océano después de nacer. No se ha enseñado. Está preprogramado en ellos.
7. Migración de la mariposa monarca – Sorprendentemente, ninguna mariposa monarca ha completado la ruta de migración completa de Canadá a México y viceversa. Su esperanza de vida es tan corta que mueren durante la migración. Sin embargo, las mariposas que llegan a México saben que deben dar la vuelta y comenzar a dirigirse hacia el norte nuevamente: está integrado en función de años de evolución y probablemente desencadenado por patrones climáticos.
8. Osos entrando en hibernación – El cuerpo de un oso le dirá que es hora de entrar en hibernación y lo hará de forma natural, sin indicaciones ni enseñanzas.
Los 7 instintos humanos fundamentales
1. Buscando – El instinto de búsqueda es el instinto dentro de todos los humanos que nos hace querer explorar. Está integrado en nosotros porque tiene beneficios evolutivos: al buscar, encontramos comida, refugio y agua. Nos ayuda a sostenernos. Sin embargo, podemos pausar temporalmente este instinto en momentos de miedo y depresión.
2. Ira – La ira es una emoción natural que todos los humanos experimentan. Se cree que ha evolucionado como respuesta a las amenazas percibidas. Es parte de nuestra respuesta de 'lucha' (en oposición a la huida). Como resultado, podemos ver que la ira es parte de nuestros mecanismos de supervivencia. La ira también puede ser positiva si se aprovecha bien: puede motivarnos a tomar medidas y resolver nuestros problemas.
3. Miedo – El miedo ha evolucionado como un instinto humano porque nos protege. Incluso podemos ver este instinto en los animales porque es muy importante para mantenernos con vida. En todos los entornos, siempre estamos mirando a nuestro alrededor tratando de prepararnos para los peligros potenciales que nos rodean.
4. Duelo – El duelo es nuestra respuesta emocional a la pérdida, generalmente de una persona a la que cuidamos. Sin embargo, podemos experimentar dolor por la pérdida de una relación o una mascota. Es un instinto normal y puede implicar otras emociones relacionadas, como la tristeza, la ira y la culpa.
5. Cuidado – Tenemos el instinto de sentir cuidado e incluso amor por los demás. Somos animales sociales y hemos aprendido que cuidar a nuestro grupo nos hace avanzar a todos. En particular, sentimos el instinto de cuidar a nuestra familia.
6. Placer y Lujuria – Los humanos instintivamente sentimos placer cuando nos exponemos a estímulos que nos estimulan; la lujuria es un deseo de placer, especialmente en un sentido romántico.
7. Juega – Los seres humanos, tanto niños como adultos, sienten ganas de jugar. Si bien generalmente pensamos en el juego como una actividad infantil, también podemos ver que los adultos participan en juegos organizados cuando tenemos citas con nuestras parejas, practicamos deportes y juegos en nuestros teléfonos.
Instintos humanos adicionales
1. Una madre respondiendo a un bebé angustiado – Quizás el instinto más fuerte que sienten los humanos es el de una madre o un padre para su hijo. Los padres tienen un instinto incorporado para proteger a sus hijos. Se siente imposible no consolar a su bebé cuando tiene un llanto agudo y angustiado. Además, tenemos algunas historias asombrosas de madres que levantan autos para salvar a sus bebés en lo que parecen hazañas de habilidad sobrehumana.
2. El deseo de procrear – El deseo de procrear parece estar presente en todas las culturas y sociedades. Podemos explicarlo a través de estudios de biología, sociedad y psicología. A nivel biológico, queremos procrear para asegurar la continuidad de nuestra especie. Sociológicamente, queremos preservar nuestras costumbres y tradiciones. Psicológicamente, tenemos una necesidad de intimidad y conexión con los demás.
3. Un bebé que llora cuando tiene hambre – Los bebés no tienen que aprender a llorar. Es instintivo. Nacemos sabiendo que debemos llorar cuando estamos en necesidad porque llamará a nuestros padres que nos cuidarán y atenderán nuestras necesidades. A medida que envejecemos, desarrollamos la capacidad de resistir el instinto de llorar.
4. Estremecerse ante las sombras – Estremecerse es instintivo. De hecho, se le conoce como el “reflejo de sobresalto”. Los reflejos son respuestas involuntarias e instantáneas a los estímulos. No están vinculados a procesos cognitivos conscientes; más bien, están diseñados para proteger nuestros cuerpos de posibles daños.
5. Codicia y celos – A pesar de nuestros mejores esfuerzos, muchos de nosotros sentimos codicia y celos. Estas emociones están vinculadas a la sensación de que vivimos en un mundo con recursos limitados. Históricamente, ha sido beneficioso para nuestra supervivencia sentir estas emociones, ya que nos motivan a acumular recursos que podemos usar para protegernos a nosotros mismos y a nuestras familias.
6. Empatía – La mayoría de los humanos sentimos simpatía cuando vemos que alguien experimenta dolor con el que nos podemos relacionar. Es incluso más intenso cuando somos testigos de otras personas en situaciones en las que hemos estado en el pasado, o en situaciones en las que nos vemos a nosotros mismos estando sin culpa nuestra.
Otros ejemplos de instintos
- Hambre
- Sed
- Dormir
- Construcción de nidos
- autoconservación
- Pelea o vuela
- territorialidad
- Curiosidad
- Autodefensa
- Evitación
- Navegación
Conclusión
Los instintos son cosas poderosas. Inconscientemente dan forma a gran parte de nuestro comportamiento y afectan nuestros sesgos cognitivos. Están presentes en todos los animales y humanos y sustentan gran parte de lo que somos, desde nuestras reacciones en momentos estresantes hasta nuestras creencias políticas. Comprender nuestros instintos y cómo influyen en nuestras acciones puede ayudarnos a tener una capacidad metacognitiva más fuerte.
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