Hipótesis direccional: definición y 10 ejemplos
Una hipótesis direccional se refiere a un tipo de hipótesis utilizada en pruebas estadísticas que predice una dirección particular de la relación esperada entre dos variables.
En términos más simples, una hipótesis direccional es una conjetura específica y educada sobre la dirección de un resultado, ya sea un aumento, una disminución o una diferencia proclamada en conjuntos de variables.
Por ejemplo, en un estudio que investiga los efectos de la privación del sueño en el rendimiento cognitivo, una hipótesis direccional podría establecer que a medida que aumenta la privación del sueño (variable independiente), disminuye el rendimiento cognitivo (variable dependiente) (Killgore, 2010). Tal hipótesis ofrece una relación direccional clara mediante la cual se anticipa un aumento o una disminución específicos.
El calentamiento global proporciona otro ejemplo notable de una hipótesis direccional. Un investigador podría plantear la hipótesis de que a medida que aumentan los niveles de dióxido de carbono (CO2), también aumentan las temperaturas globales (Thompson, 2010). En este caso, la hipótesis articula claramente una tendencia al alza para ambas variables.
En cualquier circunstancia dada, es imperativo que una hipótesis direccional se base en evidencia sólida. Por ejemplo, la relación entre el CO2 y la temperatura global se basa en pruebas científicas sustanciales y no en conjeturas aleatorias o meras especulaciones (Florides y Christodoulides, 2009).
Hipótesis direccional vs no direccional vs nula
Una hipótesis direccional generalmente se contrasta con una no direccional hipótesis. Así es como se comparan:
- Hipótesis direccional: Una hipótesis direccional proporciona una perspectiva de la relación esperada entre variables, prediciendo la dirección de esa relación (ya sea positiva, negativa o una diferencia específica).
- Hipótesis no direccional: Una hipótesis no direccional denota la posibilidad de una relación entre dos variables (la independiente y la dependiente), aunque esta hipótesis no aventura una predicción sobre la dirección de esta relación (Ali & Bhaskar, 2016). Por ejemplo, una hipótesis no direccional podría afirmar que existe una relación entre la dieta de una persona (variable independiente) y su estado de ánimo (variable dependiente), sin indicar si la mejora en la dieta mejora el estado de ánimo positiva o negativamente. En general, la elección entre una hipótesis direccional o no direccional depende del vínculo conocido o anticipado entre las variables bajo consideración en los estudios de investigación.
Otro tipo muy importante de hipótesis que necesitamos conocer es una hipótesis nula:
- Hipótesis nula: La hipótesis nula se erige como una universalidad: la hipótesis de que no se observa ningún efecto en la población bajo estudio, lo que significa que no hay asociación entre las variables (o que las diferencias se deben al azar). Por ejemplo, se podría construir una hipótesis nula en torno a la idea de que cambiar la dieta (variable independiente) no tiene un efecto perceptible en el estado de ánimo de una persona (variable dependiente) (Yan & Su, 2016). Esta proposición es la que pretendemos refutar en un experimento.
Mientras que las hipótesis direccionales y no direccionales involucran algunas expectativas integradas sobre los resultados (ya sea una dirección distinta o una relación vaga), una hipótesis nula opera bajo la premisa de negar tales relaciones o efectos.
Las hipótesis nulas generalmente se proponen para ser negadas o refutadas por pruebas estadísticas, allanando el camino para la aceptación de una hipótesis alternativa (ya sea direccional o no direccional).
Ejemplos de hipótesis direccionales
1. Ejercicio y salud del corazón
La investigación sugiere que a medida que aumenta el ejercicio físico regular (variable independiente), disminuye el riesgo de enfermedad cardíaca (variable dependiente) (Jakicic, Davis, Rogers, King, Marcus, Helsel, Rickman, Wahed, Belle, 2016). En este ejemplo, una hipótesis direccional anticipa que mientras más personas mantengan los entrenamientos de rutina, menores serán sus probabilidades de desarrollar trastornos relacionados con el corazón. Esta suposición se basa en el hecho subyacente de que el ejercicio de rutina puede ayudar a reducir los niveles dañinos de colesterol, regular la presión arterial y generar beneficios generales para la salud. Por lo tanto, se espera una dirección, una disminución de las enfermedades del corazón, en relación con un aumento en el ejercicio.
2. Tiempo de pantalla y calidad del sueño
Otro ejemplo clásico de una hipótesis direccional se puede ver en la relación entre la variable independiente, el tiempo frente a la pantalla (especialmente antes de acostarse) y la variable dependiente, la calidad del sueño. Esta hipótesis predice que a medida que aumenta el tiempo de pantalla antes de acostarse, la calidad del sueño disminuye (Chang, Aeschbach, Duffy, Czeisler, 2015). El razonamiento detrás de esta hipótesis es el efecto disruptivo de la luz artificial (especialmente la luz azul de las pantallas) sobre la producción de melatonina, una hormona necesaria para regular el sueño. A medida que las personas pasan más tiempo expuestas a las pantallas antes de acostarse, es predecible la hipótesis de que la calidad del sueño empeora.
3. Satisfacción laboral y rotación de empleados
Un escenario típico en la investigación del comportamiento organizacional postula que a medida que aumenta la satisfacción laboral (variable independiente), la tasa de rotación de empleados (variable dependiente) disminuye (Cheng, Jiang y Riley, 2017). Esta hipótesis direccional enfatiza que un mayor nivel de satisfacción laboral conduciría a una tasa reducida de empleados que abandonan la empresa. La base teórica de esta hipótesis es que los empleados satisfechos a menudo tienden a estar más comprometidos con la organización y es menos probable que busquen empleo en otro lugar, lo que reduce las tasas de rotación.
4. Alimentación saludable y peso corporal
Comúnmente se cree que la alimentación saludable, como variable independiente, influye en el peso corporal, la variable dependiente, de manera positiva. Por ejemplo, la hipótesis podría establecer que a medida que aumenta el consumo de alimentos saludables, el peso corporal de un individuo disminuye (Framson, Kristal, Schenk, Littman, Zeliadt y Benitez, 2009). Esta proyección se basa en la premisa de que los alimentos más saludables, como frutas y verduras, generalmente tienen menos calorías que la comida chatarra, lo que ayuda a controlar el peso.
5. Exposición al sol y salud de la piel
La asociación entre la exposición al sol (variable independiente) y la salud de la piel (variable dependiente) permite una hipótesis definitiva que declara que a medida que aumenta la exposición al sol, aumenta el riesgo de daño en la piel o cáncer de piel (Whiteman, Whiteman, & Green, 2001). La premisa se alinea con el entendimiento de que la sobreexposición a los rayos ultravioleta del sol puede deteriorar la salud de la piel y provocar afecciones como quemaduras solares o, en casos extremos, cáncer de piel.
6. Horas de estudio y rendimiento académico
Una relación regularmente evaluada en la academia sugiere que a medida que aumenta el número de horas de estudio (variable independiente), también lo hace el rendimiento académico (variable dependiente) (Nonis, Hudson, Logan, Ford, 2013). La hipótesis propone una correlación positiva, y se espera que un aumento en el tiempo de estudio contribuya a mejorar los resultados académicos.
7. Tiempo de pantalla y fatiga visual
Comúnmente se plantea la hipótesis de que a medida que aumenta el tiempo de pantalla (variable independiente), también aumenta la probabilidad de experimentar fatiga visual (variable dependiente) (Sheppard & Wolffsohn, 2018). Esto se basa en la idea de que el uso prolongado de pantallas digitales (computadoras, tabletas o teléfonos móviles) puede causar molestias o fatiga en los ojos, lo que se atribuye a síntomas de fatiga visual.
8. Actividad física y niveles de estrés
En el ámbito de la salud mental, se suele plantear que a medida que aumenta la actividad física (variable independiente), disminuyen los niveles de estrés (variable dependiente) (Stonerock, Hoffman, Smith, Blumenthal, 2015). Se sabe que el ejercicio regular estimula la producción de endorfinas, los elevadores naturales del estado de ánimo del cuerpo, lo que ayuda a aliviar el estrés.
9. Consumo de agua y salud renal
Una hipótesis común relacionada con la salud podría predecir que a medida que aumenta el consumo de agua (variable independiente), disminuye el riesgo de cálculos renales (variable dependiente) (Curhan, Willett, Knight y Stampfer, 2004). Aquí, se infiere que un aumento en la ingesta de agua reduce el riesgo de cálculos renales al diluir las sustancias que conducen a la formación de cálculos.
10. Ruido del tráfico y calidad del sueño
En la investigación sobre planificación urbana, a menudo se supone que a medida que aumenta el ruido del tráfico (variable independiente), la calidad del sueño (variable dependiente) disminuye (Muzet, 2007). El aumento de los niveles de ruido, especialmente durante la noche, puede provocar interrupciones del sueño y, por lo tanto, una mala calidad del sueño.
11. Consumo de azúcar y salud dental
En el campo de la salud dental, un ejemplo podría ser afirmar que a medida que aumenta el consumo de azúcar (variable independiente), la salud dental (variable dependiente) disminuye (Sheiham y James, 2014). Esto se debe al hecho de que el azúcar es un factor importante en la caries dental, y un mayor consumo de alimentos o bebidas azucarados conduce a una disminución de la salud dental debido a la alta probabilidad de caries.
Conclusión
Una hipótesis direccional juega un papel fundamental en la investigación, allanando el camino para resultados previstos específicos basados en la relación entre dos variables. Estas hipótesis iluminan claramente la dirección esperada (el aumento o la disminución) de un efecto. Desde predecir los impactos de una alimentación saludable en el peso corporal hasta pronosticar la influencia del tiempo de pantalla en la calidad del sueño, las hipótesis direccionales permiten un examen específico y estratégico de los fenómenos. En esencia, las hipótesis direccionales brindan el camino crucial para la indagación, dan forma a la trayectoria de los estudios de investigación y, en última instancia, ayudan a generar hallazgos perspicaces y relevantes.
Referencias
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