21 ejemplos de impulso

El impulso se refiere al impulso o tentación interior de base de una persona. Es el impulso que tenemos antes de aplicar control de los impulsos que refrena estos impulsos.

Por ejemplo, podemos tener el impulso de llorar, tener un arrebato emocional, reír a carcajadas, gastar dinero que no deberíamos y ¡comer ese pastel!

El comportamiento impulsivo era un concepto central en la teoría psicoanalítica de Freud, donde creía que nuestros impulsos provenían de una parte de nuestro cerebro llamada identificación. Para superar estos impulsos, confiamos en nuestro egoque redirige los impulsos hacia conductas más prosociales, y superego que filtra los impulsos a través de reglas de moralidad y normas sociales para mantener el id bajo control.

Más ejemplos de impulsividad se proporcionan a continuación.

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    Ejemplos de impulso

    • Comer por impulso: A veces, comemos por impulso sin pensar si realmente necesitamos la comida. Generalmente, esto no causa grandes problemas y darse un capricho es un comportamiento común, pero puede conducir a la obesidad si es regular e incontrolable. Ejemplos de esto pueden incluir tomar una barra de chocolate en la línea de pago de la tienda de comestibles o pedir una pizza a altas horas de la noche a pesar de estar a dieta. Comer por impulso en exceso puede conducir a sentimientos de culpa.
    • Compras por impulso: Las compras impulsivas pueden ocurrir cuando compra productos por capricho, sin importar si puede pagarlos. Si una persona compra golosinas que son asequibles para ella, aún puede ser impulsivo, pero no tiene consecuencias negativas tan graves. Por ejemplo, puede pasar por una tienda, ver un cartel de oferta y decidir comprar un nuevo par de zapatos, incluso si no los necesita.
    • Impulsos de ira: Algunas personas tienen lo que llamamos "problemas de manejo de la ira", que se refiere a ceder al impulso de actuar con violencia, ya sea física o verbalmente. Por ejemplo, es posible que estés en una discusión acalorada con alguien y diga algo que te provoque, lo que te hará gritar o decir algo hiriente en respuesta sin pensar.
    • Asunción de riesgos impulsiva: Esto es más común entre los adolescentes, quienes no tienen el control de impulsos de los adultos, particularmente cuando se trata de evaluar riesgos. Esto puede tomar la forma de conducir imprudentemente o por encima del límite de velocidad, o hacer algo en un desafío que obviamente es arriesgado. Estos impulsos generalmente son impulsados ​​por un deseo de emoción, especialmente entre los jóvenes, pero también pueden representar un desprecio por la propia seguridad personal.
    • Impulsos de autolesión: Algunas personas experimentan el impulso de hacerse daño a sí mismas si experimentan dolor emocional, con la idea de que el daño físico puede encubrir o distraer el daño emocional. Es crucial tener en cuenta que este es un problema grave de salud mental que requiere atención profesional inmediata.
    • Impulso a la Interrupción: Es probable que todos hayamos experimentado esto, especialmente en situaciones laborales o escolares. Y, por supuesto, todos hemos experimentado este deseo por nosotros mismos. Si estamos escuchando a alguien con quien no estamos de acuerdo, o si queremos que aclare un punto. La mayoría de nosotros esperará cortésmente. Pero otros de nosotros cederemos al impulso profundo de interrumpir de inmediato y decir nuestra parte. Lo vemos todo el tiempo, por ejemplo, en entrevistas televisivas combativas. El impulso de interrumpir a menudo proviene de un lugar de entusiasmo o entusiasmo, pero también puede percibirse como grosero o irrespetuoso.
    • Impulso a procrastinar: Una persona impulsiva puede tender a procrastinar porque eso es lo que sentimos en el fondo la urgencia de hacer. Es difícil hacer un trabajo duro, así que, en lugar de eso, jugamos en nuestros juegos, a pesar de que parece que es haciendo nada, en realidad está participando en comportamientos impulsivos. Este impulso generalmente surge del deseo de evitar la incomodidad o el estrés, pero puede conducir a una disminución de la productividad y simplemente retrasar el estrés hasta más adelante.
    • Impulso a mentir: Cuando sentimos que estamos arrinconados, tendemos a sentir un profundo deseo de salir de la situación mintiendo para evitar la incomodidad de estar en problemas o ser descubierto haciendo algo incorrecto. Esta es una función simple del principio del placer de Freud (donde fundamentalmente buscamos el placer y evitamos el dolor). El impulso de mentir suele ser un mecanismo de defensa, pero puede erosionar la confianza y causar problemas en las relaciones.
    • Filantropía impulsiva: Algunas personas particularmente generosas que están impulsadas por el deseo de ver felices a los demás pueden gastar dinero impulsivamente en los demás. Por ejemplo, pueden ver a una persona sin hogar e impulsivamente decidir dar algo de dinero, independientemente de si tienen dinero para hacerlo. Si bien este impulso, por supuesto, proviene de un buen lugar y tiene grandes ventajas, también puede tener consecuencias negativas, por ejemplo, si la persona ha sido engañada por la persona que pide dinero, o si realmente no tiene fondos para donar. A veces, estas personas necesitan aprender algo de educación financiera.
    • Impulso a socializar: Algunas personas pueden sentir un profundo deseo de estar cerca de otras personas, e incluso en momentos en que saben que no deberían estar haciéndolo, socializarán de todos modos. Por ejemplo, en la universidad, un estudiante puede salir con sus amigos a pesar de saber que tiene un examen al día siguiente para el que debería estar estudiando. Este impulso puede ser especialmente fuerte durante los períodos de soledad o cuando te sientes solo.
    • Impulso a Compartir: A veces, una persona dará demasiada información (dado el apodo en línea 'TMI'). En la era de las redes sociales, se ha vuelto común que las personas compartan impulsivamente pensamientos, sentimientos o experiencias en línea (¡que a menudo eliminan más tarde cuando se arrepienten!). ¡Algunas personas incluso tienen la capacidad de provocar este impulso en otros!
    • Impulso a Limpiar u Organizar: Este impulso puede ser poco saludable, como cuando una persona sufre de trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Esto surge particularmente en momentos de estrés y ansiedad, o cuando una persona siente el impulso de controlar todo en su entorno. Freud habría identificado esto en sus pacientes y lo habría visto como un proceso mental conectado con un trauma infantil.
    • Impulso para moverse o inquietarse: Vemos esto en casi todos los niños. Les resulta difícil quedarse quietos por mucho tiempo, por lo que se retuercen en sus asientos sin cesar. Los adultos también sentimos este impulso, pero, según Freud, tenemos la ego lo que nos ayuda a controlar nuestros impulsos, y podríamos controlar y contener nuestros impulsos, al menos por un tiempo.
    • Impulso a Comprobar Dispositivos: Soy muy culpable de esto. Para mí, está en un nivel habitual: lo hago antes de darme cuenta de que lo he hecho. Para revertir este hábito, es posible que tengamos que cambiar a un dispositivo menos conectado a la tecnología, dejar nuestros dispositivos en los cajones o mantenerlos fuera del alcance para controlar nuestros comportamientos impulsivos.
    • Impulso a Crear: Algunas personas son de tipo creativo. Sienten una profunda necesidad de crear cosas. Esto podría ser pintar, escribir, cocinar o hacer música. Por ejemplo, un escritor podría despertarse en medio de la noche con una idea brillante y sentir la necesidad instantánea de escribirla. Están completamente despiertos, de inmediato, porque de repente han sido visitados por Muse, la diosa de la creatividad y el arte.
    • Impulso a disculparse: Algunas personas pueden disculparse impulsivamente, incluso cuando no tienen la culpa. A menudo desarrollan esto como un hábito aprendido, que se ha desarrollado a partir de un sentimiento de complejo de inferioridad, o incluso como una norma cultural. Puede ser una señal de que la persona no quiere interponerse en el camino de los demás o siente que siempre está ocupando un espacio que no se merece. Esto puede revelar falta de confianza en sí mismo, pero sobrecompensación y no disculparse también puede ser malo!
    • Impulso a reír: A veces, el impulso de reír es una gran cosa. Reír con amigos y seres queridos es increíble para conectar y liberar el estrés. Pero a veces, la incapacidad de controlar este impulso puede ser socialmente dañina y tabú. Por ejemplo, no querrás reírte a carcajadas de alguien que comete un desliz freudiano en una reunión.
    • Impulso para evitar o escapar: Cuando se enfrentan a situaciones incómodas o amenazantes, las personas suelen tener el impulso de evitar o escapar. Esto es, simplemente, una parte del principio del placer: evitamos el dolor. Por ejemplo, soy una persona que siente ansiedad social, por lo que tiendo a sentir la necesidad de abandonar una fiesta llena de gente tan pronto como llega demasiada gente. Para mí, es mi respuesta de impulso de "lucha o huida", que a menudo necesito resistir.
    • Impulso para corregir a otros: Podemos sentir la necesidad de corregir a otras personas cuando se equivocan. Por ejemplo, es posible que vea personas que cometen errores de ortografía en línea y sienta la necesidad de responder diciéndoles "¡es que no son suyos!" La mayoría de nosotros refrenamos este impulso. Pero aunque este impulso a menudo proviene de un deseo de precisión y la verdad, es fundamental equilibrarlo con el respeto y la consideración por los sentimientos de los demás.
    • Impulso a Competir: Este impulso surge cuando los individuos se encuentran en situaciones que provocan sus instintos competitivos. Si se elogia a un colega por su trabajo, alguien podría sentir el impulso de superarlo en el próximo proyecto. El impulso de competir puede impulsar la motivación y el rendimiento, pero también puede generar estrés si no se maneja bien.
    • Impulso a acumular: El acaparamiento es un impulso de coleccionar o guardar artículos en exceso, incluso aquellos sin valor o uso. Este impulso puede manifestarse cuando una persona siente la necesidad de comprar y almacenar artículos adicionales, a menudo debido al temor a la escasez en el futuro. Aunque proporciona comodidad temporal, este impulso puede generar desorden y problemas financieros.
    • Impulso a comparar: La necesidad de compararse con los demás es un impulso común, a menudo desencadenado por las redes sociales o las interacciones con los compañeros. Por ejemplo, alguien puede ver las fotos de las vacaciones de un amigo y sentir el impulso de comparar su propio estilo de vida con el de ellos. Si bien este impulso a veces puede motivar la mejora, a menudo conduce a sentimientos de insuficiencia o insatisfacción. Equilibrar este impulso con la autoaceptación y la individualidad es crucial.

    Control de Impulsos: Beneficios y Estrategias

    El control de impulsos se refiere a nuestra capacidad para resistir o retrasar un impulso, impulso o tentación de realizar una acción en particular.

    Esta función cognitiva forma parte integral de nuestra vida diaria, impactando nuestro proceso de toma de decisiones, comportamiento y manejo de la vida en general.

    A menudo se relaciona con la capacidad de superar el impulso de la gratificación instantánea para lograr la sensación mucho más satisfactoria de la gratificación tardía.

    Un control de impulsos bien desarrollado nos permite vivir en armonía con nuestro entorno social, profesional y personal (Casey, 2015).

    Beneficios del Control de Impulsos

    El control de los impulsos contribuye a múltiples facetas de nuestra vida, desde las relaciones personales hasta el éxito profesional.

    Un claro beneficio es la mejora de las relaciones interpersonales.

    Al controlar las respuestas impulsivas, las personas pueden mantener una comunicación efectiva y respetuosa, lo que reduce la posibilidad de conflictos (DeWall, Baumeister, Stillman y Gailliot, 2007).

    Otra ventaja significativa radica en los entornos académicos y profesionales.

    La investigación ha encontrado una correlación entre el control de los impulsos y el rendimiento académico, y los estudiantes que demuestran un mayor control de los impulsos a menudo se desempeñan mejor académicamente (Duckworth y Seligman, 2005).

    De manera similar, en el lugar de trabajo, los empleados con un mejor control de los impulsos tienden a desempeñarse de manera más efectiva y, a menudo, se les considera más confiables (Baumeister y Vohs, 2004).

    Desde el punto de vista de la salud, el control de los impulsos es un factor crucial para mitigar los hábitos poco saludables, como comer en exceso, el abuso de sustancias y fumar (Kreek, Nielsen, Butelman y LaForge, 2005).

    Por lo tanto, el control efectivo de los impulsos puede contribuir significativamente al bienestar general de un individuo.

    Estrategias para mejorar el control de los impulsos

    Al comprender los beneficios del control de los impulsos, uno puede preguntarse acerca de las estrategias para mejorar esta función cognitiva. Aquí hay algunas estrategias basadas en la evidencia:

    • Atención plena y meditación: Las prácticas regulares de atención plena y meditación pueden ayudar a las personas a ser más conscientes de sus impulsos, comprenderlos y, finalmente, controlarlos. Los estudios sugieren que el entrenamiento de la atención plena puede mejorar el control de los impulsos al mejorar la regulación de la atención (Tang, Yang, Leve y Harold, 2012).
    • Técnicas cognitivas conductuales: Las técnicas de la Terapia Cognitiva Conductual (TCC), como la reestructuración cognitiva y la activación conductual, pueden ayudar a las personas a controlar sus impulsos de manera eficaz (Hofmann, Asnaani, Vonk, Sawyer y Fang, 2012).
    • Actividad física: El ejercicio regular se ha relacionado con un mejor control de los impulsos, probablemente debido a su impacto positivo en la salud y el funcionamiento del cerebro (Verburgh, Königs, Scherder y Oosterlaan, 2014).
    • Sueño adecuado: La investigación ha encontrado una fuerte asociación entre la privación del sueño y la disminución del control de los impulsos (Schneider & Anderson, 2019). Por lo tanto, asegurar un sueño adecuado y de calidad puede ser un factor crucial en el manejo de la impulsividad.

    Conclusión

    El control de los impulsos forma una parte esencial de nuestro repertorio cognitivo y conductual. Los innumerables beneficios que ofrece hacen que valga la pena buscar un mejor control de los impulsos. Al emplear estrategias como la atención plena, las técnicas cognitivo-conductuales, la actividad física regular y el sueño adecuado, podemos mejorar gradualmente nuestro control de los impulsos, allanando el camino para una mejor toma de decisiones y opciones de vida más saludables.

    Referencias

    Baumeister, RF y Vohs, KD (2004). Comprender la autorregulación: una introducción. En RF Baumeister & KD Vohs (Eds.), Manual de autorregulación: Investigación, teoría y aplicaciones (págs. 1–12). Prensa Guilford.

    Casey, BJ (2015). Más allá de los modelos simples de autocontrol a las explicaciones basadas en circuitos del comportamiento adolescente. Revisión anual de psicología, 66, 295-319.

    DeWall, CN, Baumeister, RF, Stillman, TF y Gailliot, MT (2007). Violencia restringida


    cris


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